Entendemos por metacognición el proceso que se refiere tanto a la forma
de enseñar del profesor como de aprender del alumno e implica conocer
nuestras operaciones mentales, es decir, las estrategias de enseñanza,
saberlas utilizar para mejorar esas operaciones y procesos y poseer la
capacidad entender cuándo algo no está funcionando como debiera y de
remediarlo. El alumno debe saber lo que hay que hacer, saberlo hacer y
controlarlo mientras se hace. La metacognición influye en la forma en la
que el sujeto adapta sus estrategias de aprendizaje según lo que
requiera el aprendizaje que hay que realizar (ambiente, características
del sujeto y empleo adecuado de las estrategias necesarias para esa
situación concreta).
La motivación es lo que provoca que una persona afronte una tarea y
mantenga la actividad necesaria para llevarla a cabo así como desarrolle
todos los recursos que necesita para realizar la tarea. Podemos
establecer tres puntos para relacionar la motivación con la
metacognición:
La atribución de la causalidad
Expectativas de éxito
Tipo de motivación
Cuando el sujeto deduce qué ocasiona una situación lo atribuye como
causa que la provoca. Cuando el resultado no es el esperado, el sujeto
trata de identificar el fallo, si no puede controlarlo tenderá a evitar
la tarea o al menos tratará de realizarla evitando el fracaso, motivado
a
evitar el fracaso más que a conseguir el logro.
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